martes, 19 de febrero de 2013

El año 1813 - Febrero



Mañana, 20 de febrero, se cumplen los 200 años de la victoria de las armas patriotas en la batalla de Salta, conducidas por Manual Belgrano, contra un superior ejército realista al mando de Pío Tristán. Pero también tenemos que recordar que en este mes de febrero de 1813 comenzó a deliberar la Asamblea, y que su primer decreto fue el comienzo de la abolición de la esclavitud.

Los primeros meses del año 1813 fueron de euforia para los partidarios de la Revolución. Se obtuvieron resonantes victorias militares que fijaron los límites de la futura República Argentina en su frontera Norte. Me refiero a las batallas ganadas por Manuel Belgrano en Tucumán y Salta y a la victoria en el combate de San Lorenzo obtenida por el recién formado cuerpo de Granaderos a Caballo, conducidos por San Martín. Estas victorias llenaron de optimismo a los patriotas.

Pero, además de las resonantes victorias militares, en febrero de 1813 la Asamblea  dictó leyes que configurarían el espíritu de la Nación Argentina de hoy.[1]

En la Gaceta Ministerial del 5 de Febrero de 1813 se publicaron las resoluciones de los primeros días de su funcionamiento. El día 1° de febrero se pronunció el juramento de los miembros de la Asamblea con la siguiente fórmula:

¿Reconocéis representada en la Asamblea general constituyente la autoridad Soberana de las provincias unidas del Río de la Plata?
¿Jurais reconocer fielmente todas sus determinaciones, y mandarlas a cumplir y executar? ¿No reconocer otras autoridades sino las que emanan de su soberanía? ¡Conservar y sostener la libertad, integridad y prosperidad de las provincias unidas del Río de la Plata, la santa religión católica apostólica romana, y todo en la parte que os comprenda?
Si así no lo hicieres, Dios os ayude, y sino él y la patria os lo demande y haga cargo. [2]

Luego encomendó al Poder Ejecutivo, que era el segundo Triunvirato, que hiciera prestar juramento a “los generales, gobernadores, autoridades civiles y eclesiásticas, y los vecinos cabezas de familias en esta capital, y todos los pueblos y lugares de la comprebension del territorio de las provincias unidas,”[3]

El día dos de febrero fue un día que los argentinos tenemos que recordar pues es el día que la asamblea comenzó a erradicar la esclavitud en el Río de la Plata. Una parte del decreto dice lo siguiente:

Siendo tan dolorosa, como ultrajante a la humanidad, el que en los mismos pueblos, que con tanto tesón y esfuerzo caminan hacia su libertad, permanezca por más tiempo en la esclavitud los niños que nacen en todo el territorio de las provincias unidas del Río de la Plata, sean considerados y tenidos por libres, todos los que en dicho territorio hubiesen nacido desde el 31 de enero de 1813 inclusive en adelante, día consagrado a la libertad por la feliz instalación de la Asamblea general, baxo las reglas y disposiciones que al efecto decretará la Asamblea general constituyente.[4]

El comienzo de la abolición de la esclavitud se realizó en el Río de la Plata 50 años antes de que esa nefasta institución terminara en Estados Unidos de América y más de 60 años en Brasil.

El decreto del día 3 de febrero establecía remover de todos los empleos “eclesiásticos, civiles y militares” a todos los europeos, salvo a aquellos que adoptaran la nacionalidad, es decir: “el título de ciudadanía”.[5]

La edición del 5 de febrero de la Gaceta Ministerial se cierra con el parte enviado por San Martín con la victoria en el combate de San Lorenzo. La importancia de este combate reside en primer lugar en el bautismo de armas del recientemente creado Regimiento de Granaderos a caballo que tantas glorias daría al naciente Estado. En segundo lugar a la derrota de la flota de la sitiada ciudad de Montevideo, donde resistía un ejército realista y esa flota incursionaba en las aguas del Río Paraná para llevar provisiones a Montevideo asaltando y robando el ganado de las estancias que bordeaban el río.[6]

La asamblea decretó el día 6 de febrero las condiciones en que los españoles europeos podrían obtener la ciudadanía del Estado. Deberán acreditar primero, adhesión a “la sagrada causa de la libertad de la América desde la gloriosa revolución de estas provincias”, y segundo: si tuvieran “título, pensión, ó qualquiera otro privilegio ó distincion que emane de qualesquier gobierno extraño, deberá hacer abdicación expresa, y solemne de dicho título.”[7]

El 20 de febrero Manuel Belgrano logra el triunfo del ejército patriota en la batalla de Salta sobre el realista al mando de Pio Tristan. El primer parte de la batalla se publicó en la Gaceta ministerial del 4 de marzo de 1813. En el parte Belgrano enumera los artículos de la capitulación que incluyen en el artículo 2° lo siguiente:

El general, los xefes y demas oficiales prestarán juramento de no volver a tomar las armas; y por todos los soldados del exército, a quienes les concede el señor general Belgrano que puedan restituirse a sus casas, como las provincias unidas del Río de la Plata, en las que se comprenden las de Potosí, Charcas, Cochabamba y la Paz.[8]

Este fue un tremendo error cometido por la ingenuidad de Belgrano. El juramento fue roto por los oficiales y le costó al ejército las derrotas que se produjeron en meses posteriores en el alto Perú, hoy Bolivia.

A partir del 27 de febrero, la asamblea comienza a publicar un periódico denominado: El redactor de la asamblea de 1813, impulsado por Bernardo de Monteagudo, y entonces La Gaceta deja de informar lo acordado en la Asamblea.

El primer párrafo de El Redactor, debido a la fogosa prosa de Monteagudo dice lo siguiente:

Si hubieramos de calcular los designios de la naturaleza por el resultado práctico de los sucesos humanos, sería preciso suponer que la esclavitud era el dogma mas análogo a nuestro destino, y que él debía ser la única base de las primeras combinaciones de un legislador. Pero aunque el quadro del universo no ofrece por todas partes, sino un grupo de esclavos envilecidos por la servidumbre, acostumbrados yá á la  tiranía; y aunque los esfuerzos de las almas libres, al fin, al fin solo han servido de trofeos del despotismo, presentando en la historia de los pueblos una constante alternativa de gloria y degradacion; sin embargo, la libertad existe en los decretos de la naturaleza, y por su origen es independiente de todas las vicisitudes de los siglos. [9]

Hermosa forma de comenzar una nueva publicación y una nueva era en las Provincias Unidas del Río de la Plata.




[1] Usaré como fuente para estos escritos los periódicos de Buenos Aires, la Gaceta Ministerial, nombre rebautizado de la Gaceta de Buenos Aires, y El Redactor de la Asamblea de 1813. El redactor de la Asamblea de 1813, Edición facsimilar, La Nación, Buenos Aires, 1913.
[2] Gaceta… op cit Tomo III, p. 398.
[3] Idem, Ibíd.
[4] Ibíd. Tomo III, p. 399.
[5] Idem, Ibíd.
[6] Ibíd. Tomo III, p. 400.
[7] Ibíd. Tomo III, p. 401.
[8] Ibíd. Tomo III, p. 415.
[9] El redactor… op. cit. p 1.